El Amor a nuestra Patria

Por Leonel.do

 

“Pensar a menudo en la patria; sentir que se obra por el bien de la tierra natal o adoptiva, con la que

estamos vinculados por unos determinados valores, cultura, historia y afectos”, ese es el amor a la

patria. ¿Qué mejor época del año para recordarlo que la llegada del mes de febrero, cuando

celebramos el día del amor y la amistad y nuestra independencia nacional? Ninguna. Por esta

razón escribimos sobre una de las formas más sublimes que puede tomar el amor: el patriotismo.

El patriotismo equivale al sentido personal que podría poseer cualquier persona por pertenecer a

una ciudadanía, familia, nación o una asociación. Las acciones patrióticas son acciones que sirven

para demostrar el amor que se tiene hacia la tierra que nos vio nacer o al país adoptivo. Para

algunos, el ejemplo más claro es el de morir en el campo de batalla, aunque hay muchos modos de

menos extremos, de construir ese amor a través de nuestra actividad profesional, el cumplimiento

de nuestros derechos y deberes como ciudadanos o participar en los momentos conmemorativos

nacionales, como izar la bandera nacional, cantar el himno, defender o apoyar al país con los

medios que estén a nuestro alcance.

Pocas veces reflexionamos o pensamos en nuestro actuar como ciudadanos, en lo que significa

haber nacido en un país y la responsabilidad que se desprende de este hecho, ¿Qué tal si

comenzamos este febrero a hacerlo? Para muchos, sin patriotismo, simplemente no habría valor ni

valentía. Es el amor a nuestro suelo patrio que nos hace vivir plenamente el compromiso como

ciudadanos para fomentar el respeto que debemos a nuestra nación.

“¡Me voy de este país! ¡Sálvese quien pueda! Se escucha decir frecuentemente a algunos

conciudadanos, desesperados por las circunstancias que viven en su propio país. Y aunque cada

persona tiene el derecho de emigrar, si así lo prefiere, alegando que “en otras naciones se vive

mejor”, quizás podríamos empezar el discurso adquiriendo las cualidades que admiramos y

halagamos en los habitantes de otras latitudes y colaborar positivamente al cambio y progreso de

nuestra patria. Mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común se

cultiva el respeto y amor que debemos al país.

Contribuir productivamente, cultivar los valores cívicos, respetar y amar a la patria garantiza la

seguridad y estabilidad de vida que las personas necesitamos para desarrollarnos. Cuando los

valores cívicos están bien cimentados, nace la preocupación por ayudar a los demás, no sólo a

nivel comunitario, sino como una extensión que traspasa las fronteras; evitando, sin embargo caer

en el nacionalismo, que propone la exclusividad y superioridad; sin importar cuál sea la cualidad

más destacada del país.

El patriotismo se manifiesta por los valores que transmitimos como ciudadanos conscientes:

trabajo, conducta, modales, respeto a las normas y costumbres. El verdadero patriota puede

lamentarse de su nación y aportar constructivamente al observar sus errores y deficiencias,

siempre buscando y proponiendo los medios para poder resolverlos, pues evadir tomar la

iniciativa es exactamente lo opuesto al amor a la patria.

¡Feliz mes del amor, la amistad, y la patria!

 

 

Leonel l Febrero-07

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